La cerámica cajamarquina es el alma de la tierra hecha arte. Con arcilla andina, las manos artesanas crean piezas adornadas con diseños que narran la historia, la cultura y la vida rural.

Las máscaras tradicionales, por su parte, son guardianas del folclore y la fiesta. Con sus diseños pintados a mano, representan figuras míticas, manteniendo viva la alegría y las tradiciones ancestrales.

En conjunto, ambas artesanías reflejan el espíritu creativo y la rica herencia cultural de Cajamarca.